jueves, 8 de enero de 2015

Heavyweight history



22 de noviembre de 1986. Hotel Hilton de Las Vegas, Nevada, Estados Unidos de América. Mike Tyson debe enfrentar a Trevor Berbick por el campeonato mundial de los pesos pesados. Tiene veinte años cerrados. Desde 1979 hasta 1985 fue entrenado por una leyenda llamada Cus D’Amato. Esta leyenda lo descubrió luego de que estuviera en una Correccional por delincuente juvenil. Oriundo de Brooklyn, en 1979 Mike Tyson no tiene un estilo para boxear, pero lanza golpes como Joe Frazier y con muy malas intenciones. Tiene punch. Pegada. Cus D’Amato había logrado que dos de sus pupilos fuesen campeones mundiales: José Torres y Floyd Paterson. Paterson era un peso pesado bastante ágil. José Torres fue comisionado de la Comisión Atlética del estado de Nueva York. Paterson llegó a ser campeón mundial de los pesos pesados, pero no obtuvo mayor relevancia porque nunca le ganó a Muhammad Ali y perdió contra Sonny Liston. Cus D’Amato fue más que un entrenador: fue un mentor. En la película Tyson (1995), Cus D’Amato fue interpretado por George C. Scott. Desde luego, en mi opinión puramente personal, considero que Mike «Iron Man» Tyson ha sido el mejor boxeador de la historia del boxeo, pero también el que más lo ha arruinado por distracciones y malas asociaciones. Luego de una campaña impecable que duró casi dos años, desde 1985 hasta 1986, con dos managers bastantes «decentes» (en el sentido de que eran gente honrada: Bill Cayton y Jim Jacobs), Tyson peleará con el campeón de origen jamaiquino llamado Trevor Berbick. A mediados de los años 80, el mundillo del boxeo profesional en la categoría pesados es bastante mediocre. El último campeón «sobresaliente» fue Larry Holmes, pero se trataba de un remedo de Muhammad Ali. De hecho, cuando pelearon a principios de los años 80 —Ali con un incipiente Parkinson—, Holmes se puso a llorar en los camerinos porque le había ganado a su ídolo de toda la vida (Larry Holmes tiene un estilo muy parecido al de Ali: lanza jabs retrocediendo). El boxeo profesional yanqui de los pesos completos está muy mal a mediados de los años 80, y Trevor Berbick es el campeón indiscutible de la WBC (World Boxing Council). La corona mundial está representada en 3 asociaciones: WBC, WBA y IBF. A cómo dé lugar, Tyson debe ganar y lo hace en dos rounds. Por nocaut. Su estilo es el de un hooker; es decir, lanza ganchos y siempre esquiva los golpes del oponente. Cus D’Amato le enseñó un sistema de combinaciones a través de números. Si a Tyson le decían haz un «cinco», él sabía perfectamente qué golpes debía realizar. Ese 22 de noviembre del año 86 Tyson gana el campeonato mundial a los veinte años y se transforma en el campeón más joven en la historia del boxeo mundial. Hasta 1990, cuando pierde por primera vez, unifica los títulos mundiales y se enfrenta con todos los boxeadores «presentables» del ranking mundial. Cus D’Amato era amigo del escritor Norman Mailer, incluso. Cus D’Amato le enseñó «principios» a Mike Tyson, y, probablemente, si hubiera aplicado lo que le enseñaron, Tyson jamás se hubiera unido a tránsfugas como Don King o para qué lo digo, hubiese violado a una mujer. En la película Tyson, aunque la representación Michael Jai White como Tyson es bastante mediocre y en sí es una mala película, se nos da a entender que le figura de Cus D’Amato es magnífica per se. Tyson hubiera sido el mejor boxeador de la historia del boxeo si no hubiera realizado estupideces propias de un negrito de Brooklyn. Don King, el promotor más despiadado del mundo del boxeo, que en un principio fue convicto por asesinato y luego incluso apareció de invitado en series de televisión y películas como El abogado del diablo (1997), supo el talón de Aquiles de Tyson: la dolce vita. (También hay una película sobre la vida de Don King. Se llama Only in America, de 1997, con la actuación de Ving Rhames como Don King.) Con la dolce vita, aparecieron las grupis, los automóviles lujosos, las mansiones y las entrevistas en show lates. Probablemente, a Tyson le faltaba una figura paterna. Nunca tuvo un padre presente. D’Amato lo fue en el lado positivo, y bajo esa perspectiva, Tyson logró la meta de convertirse en campeón mundial. Muerto D’Amato y campeón indiscutido ya, Don King apareció como el promotor de moda que le haría ganar muchos millones de dólares que con el paso del tiempo despilfarró como buen negrito de Brooklyn. Cuando era un desconocido que deseaba alcanzar el éxito, Tyson hizo lo indicado, realizó lo que le recomendaba Cus D’Amato. Cuando alcanzó la meta, se durmió en los laureles. Así perdió el campeonato mundial de los pesos pesados ante un boxeador la mar de mediocre llamado James «Buster» Douglas. Generalmente, los nombres de los boxeadores son muy literarios. Douglas ganó por nocaut. Meses después, Tyson fue encerrado en la cárcel por violación. El ejemplo de Tyson me sirve para señalar que siempre hay dos caminos a seguir: el camino del Bien y el camino del Mal. Si el bien era representado teniendo una vida dedicada al boxeo y espartana, todo bien. Cus D’Amato quería lograr en Tyson al mejor boxeador peso pesado de todos los tiempos, pero Tyson lo arruinó cuando llegó la fama y el dinero. Estamos hablando de millones de dólares. Estamos hablando de grupis que te harían una felación si les dabas un autógrafo. Las luces encandilaron a un sujeto que pasó a la historia, sí, pero no tan perfectamente como pudo haberlo hecho. Las personas que no tienen idea de nada siempre consideran el boxeo como una disciplina primitiva; sin embargo, no toman en cuenta que lo que prevalece en el boxeo es la actitud mental (como en todo deporte). Por ejemplo, vean Toro salvaje (1980) con Robert De Niro. El dolor no se siente. Cada golpe recibido en la punta de tu nariz no es nada. Sólo hay una meta: ganar. El boxeo es mucho más que dos hombres agarrándose a puñetes. Es desafío puro. Uno de los dos debe salir ganador. Uno de dos. La filosofía del boxeo, que la dominaba Cus D’Amato, dice que jamás confíes en tu prójimo; en este caso, el prójimo es sólo tu contrincante. Individualismo puro. No hay nada más occidental que el boxeo. Sin embargo, en países como Chile, nuestro país, el boxeo es una mierda. Y no porque no haya dinero. Dinero no hay, sí, pero tampoco hay inteligencia para saber enseñar. Enseñanza, a fin de cuentas. He ahí la clave. Eso fue lo que hizo que Cus D’Amato lograra que su pupilo llegase a ser el campeón indiscutible del peso pesado. Pero cuando llega el éxito, y te das cuenta que con el éxito está todo lo que quieres, llega la idiotez. Te duermes en los laureles. Técnicamente, Tyson era mucho mejor que muchos boxeadores que pasaron a la historia, sin embargo lo arruinó todo por optar por el facilismo de la dolce vita. Y tengo entendido que ahora no tiene nada de dinero. Está pobre. Incluso incursionó en la lucha libre y salió en películas como ¿Qué pasó ayer? (2009). Tyson lo logró ese 22 de noviembre de 1986, sí. Pero se quemó en el camino, parafraseando lo que dijo Larry Holmes cuando lo entrevistaron antes de que peleara con el mismísimo Tyson en 1988.
 
 

 

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